El uso del mármol en la escultura
¿Alguna vez ha escuchado hablar del término “Bellas Artes”? Si su respuesta es afirmativa, sabe que la escultura es una de las artes que se contemplan dentro de este concepto. Si su respuesta es negativa, sepa que este concepto hace referencia a distintos tipos de arte que basaban sus obras en tres puntos principales: la técnica, la estética y la belleza. Entonces, de manera sencilla, se puede decir que el término “Bellas Artes” engloba los siguientes tipos: la arquitectura, la danza, la escultura, la música, la pintura, la literatura y, por último, “el séptimo arte” o la cinematografía.
Hago referencia a este último como “el séptimo arte” porque precisamente se le ha dado tal nombre debido a que fue el último tipo que se añadió a la lista. La escultura, por su parte, se incluye dentro del grupo de las Bellas Artes desde la primera clasificación que existe al respecto. Tal clasificación proviene de un libro que data del año 1746, y que se titula Las bellas artes reducidas a un único principio, escrito por Charles Batteux con el propósito de crear una sola teoría sobre el arte.
Sin embargo, la escultura comenzó a desarrollarse muchísimos años antes de que saliera a la luz el libro de Batteux, es más, las piezas que se consideran como los primeros antecedentes de este tipo de arte se remontan, al igual que en el caso de la pintura, a la prehistoria del hombre. Inclusive para la época antigua, es decir la que comprende, por ejemplo, a la cultura griega y a la romana, este arte ya se había perfeccionado bastante, y desde entonces se utilizaba el mármol con gran maestría. No obstante, este material sigue siendo muy difícil de trabajar debido a sus características.
Así pues, el mármol es un tipo de roca que en geología se conoce como metamórfica. Las rocas de este tipo se distinguen de otras por su proceso de formación y por su constitución. Este proceso se conoce precisamente como metamorfismo, ya que hace referencia a la formación de rocas a partir de otras. Pero el metamorfismo no ocurre siempre de la misma manera, por eso se divide en dos tipos. El primero de ellos se conoce como metamorfismo térmico, en este se forman rocas metamórficas a partir de otras que fueron expuestas a altas temperaturas. El segundo tipo se denomina metamorfismo regional, este sucede cuando la temperatura y la presión propician la formación de una roca.
Ahora bien, el mármol se obtiene mediante el metamorfismo térmico, por ejemplo, cuando se filtra el magma entre diversos tipos de rocas, después estas se funden por el calor y finalmente se cristalizan. Este tipo de roca que resulta también se puede clasificar de acuerdo con los minerales que la constituyen, tal como lo había mencionado hace unos momentos. Entonces, esta roca metamórfica se constituye básicamente de rocas calizas, o bien, de otro tipo de roca sedimentaria conocida como dolomía.
Aunque este material está hecho principalmente de calcita, un mineral blanco, existe una amplia gama de mármoles de colores, entre los que destacan el marrón, el amarillo, el rojo, el gris y el negro, pero también los hay en azul y en verde. Estos colores resultan de los otros minerales que constituyen a este tipo de roca, y que representan menos del 10% de su composición. Debido a esto, los mármoles pueden ser traslúcidos pero con alguna tonalidad, pueden presentar un color uniforme, pero también pueden estar jaspeados, es decir con pequeñas manchas de otro color, o bien, veteados, es decir con un entramado de líneas, como en el caso de la madera.
Debido a sus características en cuanto a color y a textura se refiere, este tipo de roca metamórfica es uno de los materiales preferidos para la escultura, tanto que este tipo de arte tiene una técnica que recibe su nombre: escultura en mármol. Esta técnica es una de las más complicadas, ya que la superficie sobre la que se trabaja requiere no sólo de las herramientas adecuadas, sino también de varias habilidades y por supuesto de conocimientos sobre varios temas. Por esta razón, aquellos que se encargaban de esculpir sobre este lujoso material, tenían que ser verdaderos artistas. Y quizá el maestro en este tipo de técnica, de todos los tiempos, sea Miguel Ángel Buonarroti.
Miguel Ángel es, sin duda alguna, uno de los más grandes artistas de toda la historia de la humanidad, pues su obra abarca, además de la escultura, la arquitectura, la pintura y el dibujo, e inclusive la poesía. Este hombre, que es uno de los principales referentes de la época renacentista junto con Leonardo Da Vinci, tomó gran parte de sus conocimientos y su inspiración de la antigüedad clásica. Por esta razón se observan similitudes entre la escultura que se desarrolló en la época greco-latina y la suya.
La obra escultórica de Miguel Ángel Buonarroti se suele dividir en varios periodos, pero en todos ellos sobresale alguna pieza esculpida en mármol. De este material está hecho uno de sus primeros relieves, la “Batalla de los centauros” (1493). Esta obra es la representación de una de las batallas que suceden dentro de Las metamorfosis, un poema escrito en quince libros por Ovidio, uno de los principales poetas romanos.
No obstante, la pieza que mejor representa el talento de este genio es el famoso “David”, una escultura que mide más de 5 metros de altura y que pesa más de 5000 kgs. Miguel Ángel la comenzó a esculpir en el año de 1501, y la concluyó en el año de 1504. La obra es una representación de David, antes de que este se enfrentara a Goliat, y pasó a ser el símbolo de nada más y nada menos que la República florentina.
Como Miguel Ángel, muchos otros escultores trabajaron con este material por las ventajas que ofrece sobre otros tipos de rocas, principalmente en cuanto a durabilidad se refiere, pero también porque es uno de los materiales naturales más hermosos que existen.
Si le interesa saber más sobre esta roca metamórfica y sus aplicaciones fuera del ámbito artístico, lo invito a que siga leyendo este blog. Además, en este espacio también le proporcionaremos información sobre otros tipos de rocas y minerales, tales como la cantera y el granito.